Seguro que muchas veces hemos odio hablar del entrenamiento en suspensión, y puede que pensemos que consiste únicamente en colgarnos de unas cintas y ponernos a ejercitar nuestro cuerpo… Pero no es tan sencillo. Por eso en este artículo vamos a explicar en qué consiste, qué ventajas ofrece este tipo de entrenamiento, y algunos consejos sobre cómo llevarlo a cabo.
En qué consiste el entrenamiento en suspensión
Este modelo de entrenamiento nos permite trabajar la fuerza en todos los planos gracias a que los movimientos son más naturales y libres debido a la suspensión. Es por tanto una buena forma de trabajar los estabilizadores, que vamos a necesitar en cada movimiento para mantener la postura correcta y trabajar los músculos necesarios. Es decir, hay que prestar especial atención al control de la postura y al trabajo articular.
Para llevar a cabo esta práctica necesitaremos hacernos con un equipo TRX, con el que vamos a poder realizar la mayoría de los ejercicios en suspensión: el resto de cosas que necesitaremos será nuestro cuerpo con las diferentes posturas que realizaremos. Es importante que en la primera toma de contacto se seleccionen movimientos en posiciones cómodas y estables, trabajando de pie y con una inclinación no demasiado acusada.
¿Parece sencillo, verdad? Pues no lo es tanto. La verdad es que este tipo de entrenamiento requiere niveles importantes de fuerza y estabilidad; no olvidemos que normalmente emplean situaciones inestables donde es necesario que participen muchos músculos y que pueden llegar a generar una considerable fatiga, por lo que no es apto para principiantes o personas que no tengan una mínima condición física. Lo ideal es haber realizado previamente un trabajo adecuado de core y tener experiencia en apoyos estables (push-up, squats unipodales, etc).
Ventajas que ofrece
El entrenamiento en suspensión no sólo nos permite trabajar la fuerza en todos los planos de movimiento; también ayuda a trabajar los estabilizadores, el control postural e incluso la movilidad en las articulaciones. Al realizar movimientos bajo situaciones de inestabilidad se requiere un mayor control neuromuscular y una participación más activa de los músculos estabilizadores.
El resultado de todo esto es que mejorará nuestra fuerza, tendremos mayor riqueza motriz, mejorará nuestra postura, se ajustarán nuestros estabilizadores y mejorará nuestra coordinación muscular. Además se trata de un tipo de entrenamiento que es fácilmente adaptable a los requerimientos de cada persona, pudiendo aumentar o modificar la inclinación, los puntos de apoyo o la tensión, según lo que busquemos en cada momento.
En definitiva, no sólo mejoramos nuestro control neuromuscular, también mejoramos nuestra fuerza física en general, además de nuestra coordinación y nuestra postura.
Cosas a tener en cuenta al realizar esta práctica
Es importante tener en cuenta que a la hora de realizar este tipo de ejercicios va a ser siempre aconsejable iniciarlos con una inclinación y unos movimientos que se adapten a nuestro estado de forma, para no forzar la situación y generar posibles lesiones. Así conseguiremos ir perfeccionando los movimientos e ir evolucionando poco a poco.
No olvidemos que el core y sus estabilizadores van a ser clave en todo el proceso de desarrollo de los ejercicios; por ello, debemos ser muy conscientes de su funcionamiento durante todo el tiempo que dediquemos a esta tarea, ya que de ello va a depender que logremos mantener nuestra estabilidad cuando realicemos ejercicios en suspensión.
Además debemos mantener una postura correcta y la espalda erguida evitando doblarla para conseguir los mejores resultados.
Ejemplos de entrenamiento en suspensión
Algunos ejemplos de ejercicios recomendables de entrenamiento en suspensión son los siguientes:
- Sentadilla con pull, para trabajar el tren inferior
- Press de pecho, para trabajar la parte pectoral
- Remo en suspensión, para trabajar la parte dorsal
- Abducción de hombros en suspensión
- Curl de bíceps en suspensión, para trabajar esta parte
- Tríceps en suspensión mediante curl
En resumen, este tipo de entrenamiento resulta muy útil no sólo para deportistas y atletas, sino para cualquier persona que en general busque mejorar su condición física con un método rápido y seguro. De hecho, existen programas de salud y bienestar para personas de edad avanzada que han recurrido también a este tipo de entrenamiento como método de trabajo, ya que ofrece a estas personas la posibilidad de moverse libremente y sin miedo a caerse.
La fisioterapia es otro campo donde el entrenamiento en suspensión tiene muchas e interesantes aplicaciones para los pacientes, así como las clínicas de medicina deportiva o las consultas quiroprácticas, donde se ha logrado llevar a cabo terapias de rehabilitación y recuperación de lesiones con resultados muy prometedores.