La típica ‘crisis de los 40’ es todo un clásico en nuestra sociedad: llegar a esta edad parece ser la expresión del avance hacia la vejez y tiene que redoblar los cuidados de salud. Dejando a un lado las bromas que se hacen a los cuarentones, lo cierto es que llegar a la madurez implica una seria de cambios fisiológicos que dificultan, por ejemplo, la pérdida de peso, el aumento de los niveles de colesterol y/o de la presión. Por eso, además de incidir en mantener unos hábitos de vida saludables: no fumar, no consumir demasiado alcohol, practicar actividades físicas periódicamente, etc., también es necesario adaptar los hábitos alimenticios para hacerle frente a todos los cambios de salud relacionados con esta etapa vital de la vida.
En la edad adulta, la nutrición debe enfocar en mejorar y mantener la salud, además de prevenir el desarrollo de muchas enfermedades. Asimismo, los buenos hábitos alimentarios, combinados con los hábitos de vida saludable podrán asegurar un mejor desempeño en las tareas del día a día, tanto en el trabajo como en el hogar. De hecho, los beneficios de una buena nutrición pueden ser empleados para prevenir enfermedades y para defenderse frente a los trastornos crónicos.
Salud para las articulaciones: los mejores alimentos
A partir de la cuarta década de vida, la posibilidad de recuperación tisular desciende de forma considerable, lo que incide directamente en bajada de la capacidad de regeneración de los tejidos. Eso quiere decir que, a partir de los 40, se acelera la aparición del envejecimiento articular y favorece la aparición de la tan temida artrosis.
Las articulaciones son las principales afectadas por la artrosis, la más frecuente de todas las patologías reumáticas. Aunque puede presentarse en cualquiera de las articulaciones del cuerpo humano, son más habituales su aparición en los huesos que componen las articulaciones del codo, rodillas, hombros, nudillos, etc. Para evitar la degeneración del cartílago, el gran motivo del surgimiento de los síntomas de la artrosis, es importante aumentar el consumo de los alimentos que contienen propiedades específicas que ayudan a mantener y a fortalecer las articulaciones.
- El aceite de oliva – uno de los grandes protagonistas de la dieta mediterránea – tiene la capacidad de reducir el dolor y la rigidez de los pacientes que padecen de artritis, gracias a sus reconocidas propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
- El pescado azul, como las sardinas, salmón, caballa, etc., también son alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, que contienen las mismas propiedades antiinflamatorias, además de un alto contenido de Vitamina D. Es aconsejable consumirlo al menos 2 veces a la semana.
- Cítricos – Los alimentos ricos en Vitamina C son antioxidantes naturales, lo que ofrece una protección extra frente a la degeneración de las articulaciones.
- La cúrcuma es vez más conocida y utilizada en nuestra culinaria y tiene una alta efectividad comprobada también en el combate a otros tipos de dolencias relacionadas con problemas digestivos y procesos inflamatorios.
- Los frutos secos ofrecen protección a los huesos gracias a su alto contenido de Magnesio. Los especialistas aconsejan el consumo, en porciones pequeñas, de almendras, piñones, avellanas, sésamo, etc.
Tratamiento y remedios para la artrosis
En cualquier caso, los medicamentos utilizados para el tratamiento de la artrosis deben ser prescritos por un profesional sanitario que, después de un riguroso análisis del paciente, puede optar por los distintos fármacos existentes en el mercado para disminuir los síntomas producidos por la artrosis como el dolor, inflamación, rigidez, deformación y/o crujidos. Aunque no sean fármacos, existen distintos consejos o remedios para la artrosis como el acido hialuronico rodilla que pueden hacer menos sufrible la vida de los pacientes que sufren con esta molesta enfermedad. En líneas generales, los especialistas recomiendan:
- Cuidar la postura tanto al dormir como al realizar actividades cotidianas como coger las bolsas del supermercado, conducir o sentarse a ver la tele. Lo ideal es mantener una posición natural, utilizar sillas con respaldos rectos y evitar sillones incómodos y hundidos.
- Actividad Física de forma moderada para aumentar la fuerza de los músculos. En casos más extremos, también existen ejercicios físicos indicados exclusivamente para el tratamiento de las zonas afectadas.
- Aplicación de frío y calor. Por norma general, el calor aporta como remedio para la artrosis. Las bolsas de agua caliente o las tradicionales mantas eléctricas suelen ser suficientes para aliviar el dolor. En caso de inflamación de la articulación de forma intensa, se indica la aplicación de bolsas frías de hielo, toallas embebidas o incluso baños fríos. En caso de duda, lo mejor es siempre consultarlo con el médico o en un vademecum.
- Utilizar el calzado apropiado es muy aconsejable principalmente en los casos de artrosis lumbar, de rodillas o de caderas. Existen diferentes modelos de calzado especialmente diseñados para absorber el impacto del pie contra el suelo al caminar. Tampoco están aconsejados los tacones excesivos o los zapatos totalmente planos.
Lo ideal es no esperar la llegada de los 40 para empezar a cuidar la salud, aunque nunca es tarde para implementar hábitos de vida saludables y mantener una alimentación equilibrada, principalmente para evitar el desgaste de las articulaciones y prevenir la artrosis.